La segunda parte

Una hoja en blanco, que espero llenar en algún momento. Espero a que mis ojos dejen de arder, mas nunca llega ese momento. Mis manos tiemblan por la inseguridad de estar escribiendo solo tonterías, cosas que nunca leerás, o que talvez no les encuentres sentido.
Ni siquiera yo se lo que escribo, mas siento que necesito hacerlo. Me gustaría poder cerrar los ojos, y ahogar este sentimiento: una angustia, que ya no quiero que me recorra, pues ya no la necesito; todo lo que tiene que ver con la pena, ya tuvo su momento. A veces, me siento muy malagradecida, por no poder disfrutar esta alegría. Si no tengo algo de que quejarme, en mi desesperación por sufrir, me la invento. Me doy lastima, por ridícula, por no poder ser feliz con lo que tengo. Se que soy afortunada, pues tengo lo que necesito; amo a los que me aman, y no guardo rencores para con nadie. Justo en el momento que soy feliz, me invento un sufrimiento; cualquier cosa, lo que sea, todo es valido en mis pensamientos. Si hace cinco minutos era feliz, ahora quiero hundirme en el llanto.

Poder escribir algo que tenga sentido, una frase que perdure en el tiempo. Tener las agallas para enfrentar el hecho de que no todo sale como lo espero; pues son esas las cosas que me desalientan y me hacen correr hacia algún refugio. El miedo a no poder rendir lo necesario, y hundirme en la vergüenza. Que nadie, nunca mas, me mire a la cara, y que sientan pena por mi derrota; que les de lastima ver cómo alguien como yo… se hunde, por estar ahogada en el miedo.

Dicen por ahí que este viaje me ha cambiado, que he llegado con más de todo un poco. En realidad no se hasta que punto todo eso sea cierto. Espero poder descubrir todas esas maravillas de las que la gente habla, y sacarles el mejor provecho.