One

One
Thing

domingo, octubre 19, 2008

Hoy en la mañana (parte II)


-¿Entonces, ya lo superaste?
-No, no lo he superado. Digamos que aprendi a vivir con el.
-¡Ah! Lo siento entonces. Creo que me quede atascada. –Otra vez el desorden mental.
-¿Cómo atascada?
- A lo que pasó, todo lo que vivimos. Aún no puedo dejarlo atrás como tú.
- No he dicho eso, pero me hace mal hablar al respecto.
- O.K. creo entender. No te molesto más.
- No molestas, créeme.
- Bueno, era sólo para decirte eso. Ahora me voy.
- Bueno…cuídate. – Formalidades.
- Claro, tú también. Adiós.
- Chao.
Apaga el computador, pensando en lo que acaba de hacer, en lo que le dijo a esa mujer que aún permanece en su corazón. Piensa en que trató de ser sincera, de decirle toda la verdad y –de esa manera –tratar de limar las asperezas que habían rondado en su relación durante esos últimos meses en los que mantuvieron algún contacto, después de haber terminado la relación. Se sienta frente a la iglesia, nuevamente en su balcón, dispuesta contemplar la estatua de aquel hombre que, cada vez le hace estar más segura que los milagros no existen. De cierta manera, la presencia de aquella iglesia la abstrae de retomar el dañino proceso de recopilar la información que acaba de recibir, la de la conversación con su ex novia. Se distrae pensando en lo simple que es ser sólo una estatua, una creación detallada de algún artista que seguramente ya no vive, dado el decaimiento y las fisuras que el retrato póstumo de aquel arzobispo presenta. Se pregunta sobre la dedicación y las horas de arduo trabajo, de tratar de captar hasta el más mínimo detalle de ese hombre, que ahora se presenta ante ella:
- La inutilidad de esa estatua ahora se me hace más clara que antes- vuelve a pensar en voz alta, solo para exorcizar los demonios que tenía adentro. La observa con detenimiento, y se percata que esa figura solo le entrega un vacío más en su vida. Los ojos de aquella imagen, llenos de nada y plumas de aves, enfatizando que nunca se posarán en nadie en particular, que en realidad jamás responderán a las plegarias de nadie, puesto que nada ven. Las manos, la postura que tienen, ubicadas de manera tal, que parecen más dispuestas a recibir que a dar, y la gente, como buenos feligreses, le entregan todos sus penares y deseos, esperando ansiosos alguna ayuda divina que nunca llegará.
Y ahí, junto a todos esos miles de deseos y pecados ocultos, se encuentra ella, esperando en línea junto al resto de los fieles. Sabe que será una espera infructuosa, mas- y al igual que los de aquella estatua –sus ojos están cerrados a cualquier intento de hacerle ver la realidad de la situación; ya no la amaban como antes.

3 comentarios:

Simone dijo...

leí la segunda parte y es bien triste. Es triste..
Te vuelvo a repetir que me gustó mucho y bueno, sigue escribiendo. Ánimos!. A todo esto ¿porque le has puesto ese título al blog? es curiosidad..
Cuídate! y suerte en la tesis n_n!
Estaré esperand0 la próxima publicación! (No tanto como sicópata pero me daré una que otra vuelta en mis ratos de occio)

Bye Bye!

"J"

Anónimo dijo...

El nombre viene de la mitología chilote, y es la historia de dos hijos de pillanes (seres con poderes, como dioses) que fueron enviados a la tierra para pelear eternamente. Uno de ellos (tenten) cuidaba la tierra y a los seres vivos, mientras que el otro (caicai) cuidaba el mar y sus habitantes.
Es como una forma de explicar la rivalidad de mi corazon con mi cabeza.. en realidad no sabría explicarlo de otra manera.

kudos!

Gabriela C.U dijo...

=s wow ni idea como llegué al blog...pero en realidad es interesante como relatas una situación bastante análoga a la mía..para empezar ni idea k escribias XD
n fin, simple, sencilla, y emotiva..es una buena forma de escribir.