Honestidad ( o Y, ¿cuándo pensabas decírmelo?)

Ella me mira con esos ojos desconsolados, perdidos y –a mi juicio –ya desgastados con demasiada información que yo no le entregué. Se para frente a mi, y espera algún tipo de respuesta, que lamentablemente no estoy preparada para darle. Su mirada se vuelve apesadumbrada, borrosa y ya sin ánimos de nada; abre la boca, muestra los dientes y ruge desesperada la violencia que llevaba guardada durante tanto tiempo. Yo solo observo y me sorprendo por dentro.

Me pregunta si le diré algo, si le daré algún atisbo de respuesta; espera una reacción a su armada y destrozadora vendetta. Le sonrío, con esa actitud que ella solía detestar, esa, la que implícitamente le decía todo, mas en realidad no compartía nada; esa sonrisa que le irritaba hasta en lo más profundo de su despechado y sombrío ser, que yo alguna vez pensé conocer.
Nuevamente no le respondo nada, solo la miro y me percato del cambio que ha inundado su ser en este tiempo.

Cruzada de brazos, se ve diferente. Su delgada fisonomía me parece extraña y no me produce ninguna reacción, sino tratar de ponerme en sus zapatos y alegrarme por su evolución. La vi crecer y cambiar, le vi crecer los colmillos y las garras; su instinto más animal y su secreto mejor guardado.
Su postura ya no es de ataque, sino de espera. Una espera que no tendrá futuro a mi lado, un caminar y alejarse lentamente, queriendo oír su nombre a la distancia que será infructuoso.

Me habla de lo pasado, de que no me postre a sus pies a modo de consuelo por mis pecados. Se pierde en su verborrea y autocompasión ganados por el olvido de lo que compartimos, y –de cierta manera – camina victoriosa hacia el camino que ella y el destino se han preparado… mientras yo la observo alejarse de mi lado.

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Saludos a todos... disfruten las vacaciones... para los que ya las tienen....


kudos!!

mE.